La gonadotropina coriónica humana, o gonadotrofina coriónica humana (“HCG” por sus siglas en inglés) es un medicamento comúnmente utilizado por los usuarios de esteroides anabólicos en el llamado “post-ciclo”, o durante el ciclo, debido a que tiene el potencial para incrementar drásticamente la producción natural de testosterona en el hombre, y también por su efectividad en la prevención de la atrofia testicular.
 
La forma sintetizada de la HCG actúa en el cuerpo como hormona luteinizante (LH). La LH es la gonadotropina primaria junto con la hormona folículo estimulante (FSH) para lograr la concepción en la mujer. En el hombre la LH es la principal gonadotropina responsable de la liberación de testosterona por parte de los testículos, es por esto que en medicina es usada para el tratamiento del hipogonadismo.
 
Después de un ciclo, los niveles hormonales de la persona se encuentran alterados (estrógenos elevados, baja producción de testosterona, alto cortisol, por mencionar algunos), esta alteración provoca que tu cuerpo comience a perder los músculos ganados, y vuelva a acumular grasa, además de los problemas relacionados con tener una baja testosterona (como disminución del apetito sexual e incluso de la autoestima).
 
La función principal del post-ciclo es regresar los niveles hormonales a su normalidad, para ayudar lo más posible a mantener las ganancias de músculo, fuerza, y resistencia, también evitar el acumulamiento de grasa, y mejorar la libido y el humor de la persona.
 
Esta hormona también es valorada mundialmente por su eficacia para provocar resultados en la pérdida de peso. Si se está en una dieta baja en calorías, usar HCG puede hacer maravillas para quemar la grasa y reducir el catabolismo de los músculos debido a la baja ingesta de comida (algunas personas hacen la “dieta de la HCG”, la cuál ha sido objeto de mucho debate puesto que consta de solo 500 calorías diarias mientras se usa esta sustancia).